sábado, 17 de abril de 2010

arg.

Es curioso cómo con unas pocas palabras puedes cambiar mi estado de ánimo de un momento a otro.
Y lo mejor de todo es que ahora soy yo la que se siente culpable -siempre me haces sentir así con estas tonterías- cuando tú haces esto la mayor parte del tiempo.
Pero aún más curioso es saber que acabaré pidiéndote perdón, y te aseguro que yo no soy de las que se pasan el día disculpándose.
Supongo que es porque me importas, o te quiero, o algo por el estilo.
Así que toda esta mierda no tiene sentido.
Me estoy liando yo sola, no debería escribir a estas horas aksjdflaslaksdjflk
Bah, supongo que lo siento.
Y que te quiero. Más de lo que creía. Aunque no te lo diga nunca.
Ojalá no fuera(mos) tan gilipollas.
- Habla con ella.
- Lo hice varias veces, no servirá de nada.
- No puedes dejarla así.
Las dos chicas miraron a su amiga, sentada con la mirada perdida, sin moverse.
- Vale, vale, voy.
Se acercó a Kelly y se sentó a su lado.
- Kelly...
Ella giró levemente la cabeza y la miró.
- ¿Qué haces?
- Le estoy esperando.
- No va a volver.
- ¿Qué? -frunció el ceño-. Sí va a volver, claro que va a volver.
- ¿Cuánto tiempo llevas así? No está, Kelly, no va a volver, asúmelo.
- Me lo prometió. Volverá, y cuando vuelva estaré aquí, como antes.
Su amiga la miró resignada, se levantó despacio y se fue.
- ¿Cómo está?
- Dice que le está esperando.
- Eso mismo dijo ayer.
- Eso mismo lleva diciendo desde hace cuatro meses.
Se quedaron un momento en silencio.
- Pobrecilla, está pillada hasta las trancas.

domingo, 11 de abril de 2010

Missing.


¿Echar de menos? No dura para siempre, por mucho que se afirme.
Dejas de echar de menos a esa persona cuando asumes que no va a volver. No es que no dejes de extrañarle, es que aún mantienes la esperanza de que algún día volverá.

¿Y si...?

A veces me da por pensar. "¿Qué hubiera pasado si...?
Pero claro, el "si" no ocurrió, y tuve mi oportunidad. ¡Vaya si la tuve! El problema es que soy una... ¿cómo se dice? Ah, sí, cobarde. Nunca te dije nada, por miedo a tu reacción, por miedo a que las cosas cambiaran. No quería ni pensar en la idea de perderte.
Y te dejé escapar, y adiós a tus sonrisas, a tus risas, a las conversaciones a las nueve en punto, a los cabreos tontos. Adiós a ti, y eso es lo que más me duele.
Y por miedo a perderte, te perdí.



Lo siento.